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A través de este blog, se puso en contacto conmigo hace unos meses, el hijo de
Alberto Salinas y nieto de J
. L. Salinas, ofreciéndome la posibilidad de adquirir dibujos originales de su abuelo, en concreto, de su primera historieta,
Hernán el Corsario, obra emblemática, como ha quedado dicho en otras entradas, pues se trata de una de las primeras historietas realizada con un estilo realista y tema aventurero, alejándose de la fórmula cómica y costumbrista propia de la época (1937).
No lo podía creer, ¿sería una broma?, pero tras cruzar varios mails, quedó claro que se trataba de una persona seria y por las anécdotas que mencionaba, no podía ser sino un familiar del artista.
Buen conversador, buen comedor y mejor persona, en apenas dos días puedo decir -bocata calamares y racion de bravas mediante- que tenemos una buena amistad y soy el feliz poseedor de unos maravillosos dibujos (junto a un buen amigo, que uno no es Botín).
Examinando los originales detenidamente, hay algunos tópicos sobre
Salinas que se han de matizar. En las primeras páginas de
Hernán, el estilo del maestro estaba cercano a la mancha expresionista de la escuela de
Sickles y
Crane, al menos tanto como a la de
Foster. Más adelante sí se nota una mayor cercanía de estilo con autores de trazo estilizado como el propio
Foster, pero también con
Raymond o
Hogarth; es decir, en un principio es toda la escuela realista americana la que le influye, pero rápidamente evoluciona creando un estilo propio, en el que se mueve comodamente, poniendose a la altura de estos autores o incluso superándoles en muchos casos (y no es hablar por hablar).
Hay un segundo grupo de paginas realizadas a la aguada, con un magnífico acabado que finalmente abandona tras unas pocas páginas en favor de las indicaciones de trama en lápiz azul, es así como realiza el resto de la historia y donde página a página, va alcanzando cotas de virtuosismo espectaculares y no sólo en el dibujo, sino en la narrativa, completamente cinematográfica.
Hubiera sido sin duda una labor titánica dibujar toda la historieta (162 planchas) a la aguada teniendo en cuenta la laboriosidad del dibujo; a pesar de ello, los plazos de entrega le obligan a interrumpir la publicación en
Patoruzu, (continuada 2 años más tarde), revista que pasó de mensual a quincenal y luego a semanal,
Salinas no estaba dispuesto a reducir la calidad de su obra en un trabajo apresurado, un trabajo que respira amor a la historieta, a la aventura y al Arte en general por los cuatro costados.
Se pueden comprobar, asimismo, los montajes a que fue sometida la historia, afortunadamente, la manipulación fue bastante cuidadosa y no va más allá de tapar algunos bloques de texto para sustituirlos por otros nuevos y la adición de bocadillos. La gran diferencia con la edición más conocida de
Record de los años 70, es que al ser los originales apaisados, la reducción al imprimir es mayor -muchos tienen 50cm de ancho- lo cual no les hace justicia a su calidad.
Espero que disfruteis de las imágenes tanto como yo, y si alguien quiere ver en persona los originales, está invitado.