viernes, 25 de abril de 2008
Los Tres Mosqueteros de José Luis Salinas
Después de Hernán el Corsario, Salinas siguió trabajando en las adaptaciones de novelas de aventuras: después de Miguel Strogoff y El Capitán Tormenta se lanza a ilustrar otra gran historia, la más ambiciosa hasta entonces: Los 3 Mosqueteros, de Dumas, 61 páginas en donde estallan no sólo su pasión por la narración aventurera, sino la precisión en el dibujo que hace de Salinas uno de los más grandes autores de todos los tiempos. Las ilustraciones son magníficas, de lo mejor que hizo, aborda esta obra sin suavizar los duros pasajes de Dumas, como la muerte de Milady, que pocas veces recuerdo haber visto reflejada con tal crudeza, ni en comic ni en el cine siquiera.
Salinas utiliza, como Foster, más que viñetas, planos por los que discurre la acción, tratando de conseguir una narrativa "literaria" más que la lógica fragmentada de la historieta.
Hay que señalar también el uso de la documentación, el autor era persona culta y cuidadosa de los detalles, poseía una extensa biblioteca de la que se servía para añadir realismo y precisión a esos mismos detalles, ropas, lugares, etc, incluso cuando recurría a la imaginación lo hacía apoyado en su amplio conocimiento de lugares y hechos que le daban igualmente un aspecto completamente realista a sus historias.
Es natural, dado su gusto por la fidelidad histórica que emprendiera más adelante, una tarea titánica (ayudado por su hijo Alberto, como fué La historia del traje y las ilustraciones de carácter militar donde sus ropajes y uniformes todavía se siguen usando como documentación por muchos dibujantes y estudiosos de las distintas épocas históricas.
En cuanto a la edición, estas imágenes pertenecen a la de Editorial Record, que realizó un completo remontaje de las planchas, pues Salinas, como hemos dicho, ilustraba más que narraba los pasajes de la obra a su conveniencia, deteniendose en los que más le gustaban, sin embargo los cuadros funcionan bien como viñetas, aunque la narración fluye a ritmo desigual. Además, el añadido de bocadillos tampoco favorece al dibujo, pero es relativamente comprensible su utilización, pues el aspecto original de los años 30 resultaba poco comercial y de nuevo los dibujos resultaban asfixiados por los tremendos cartuchos de texto, que recibían prioridad.
Pagina original como apareció publicada en la revista Patoruzito, en 1946. Imagen sustraída vilmente del blog de Rotebor.
En El domicilio de la aventura, el brillante ensayo de Juan Sasturaín, destaca éste que: "Para Salinas la aventura ya está escrita ‹antes, lejos y para siempre‹ y sólo cabe ilustrarla o volverla a contar. Su dibujo es un acto de adhesión a ese mundo revelado por la escritura a la imaginación de un niño."
"Una perfecta definición de uno de los modos posibles de concebir la adaptación: la fidelidad a la infancia.
El secreto de Salinas era creer en la aventura, creer en sus posibilidades de transmitir lo que los libros le habían dado. El dibujo era un acto de fe".
miércoles, 16 de abril de 2008
Manolo Huete
- ¡Oye, Manolo!, me dice David que antes de trabajar como ilustrador y publicitario, hacías historietas.
- Pues si, he publicado en montones de sitios, Clarín, Flechas y Pelayos, Chicos... ¡qué se yo!
- ¿Clarín, Flechas y qué...? pues no me suenan. ¿estuviste mucho tiempo haciéndolo?
- Pues hombre, bastante, entre lo publicado en España y lo de fuera, calculo haber hecho más de 3.000 páginas.
- ¡No jodas!, 3.000 páginas, si no me suenan de nada tus historietas y yo compro muchos tebeos antiguos, tengo cosas de Blasco, de Freixas, de los años 50, el Cuto y todo eso.
- Eramos unos 50, además de los dos que nombras, algunos con mucha más obra publicada que yo, después nos pasamos a la ilustración, o a la pintura, otros siguieron en la emigración pero casi todos seguimos trabajando.
- ¡Coño, 3.000 páginas!, alguien debería dar a conocer eso, ¿no? que lo supiera el aficionado actual y se difundiera.
- Si, claro, algo se ha publicado en Bang y algunos fanzines y empieza a haber estudiosos de todo esto, pero son publicaciones para entendidos, los lectores de a pie y los jóvenes no tiene ni idea.
- ¡Venga ya, verás como no, hay un boom del comic en toda Europa, por todas partes se publican historietas interesantes y verás como pronto también se habla de vosotros en los periódicos, las revistas, ¿porqué no?. En Francia y en Italia los dibujantes de comics son los idolos del momento, están de moda, aquí pasará pronto lo mismo.
- ...
Esta conversación, poco más o menos, tuvo lugar hacia 1973, un crio que quería dibujar tebeos preguntaba y D. Manuel Huete, con gran paciencia, contestaba a sus inocentes preguntas.
Manolo Huete vivió varias vidas: una antes y durante la guerra civil, de penuria y hambre, otra en la posguerra, convaleciente en sanatorios de montaña y luego trabajando como dibujante en muchas de las publicaciones del “Movimiento”.
Otra en la emigración, en Brasil(donde creó el personaje Nambi) y Venezuela, otra más a su vuelta a Madrid, donde se convirtió en uno de los más destacados ilustradores de la capital, trabajando para las más conocidas editoriales y agencias de publicidad de los años 60 y 70 y una última, donde conoce al director de cine Fernando Trueba, quien se casa con su hija Cristina, y se convierte en guionista de su propia vida, además de actor y un montón de cosas más.
La película El año de las luces, protagonizada por Jorge Sanz y ambientada en los años 40, está basada en sus vivencias de entonces.
Las imágenes son una muestra del tipo de trabajos que se hacían en un estudio gráfico de los años 70. Algunos trabajos están realizados en colaboración con otros dibujantes, pues son de la última época, con el reparto de trabajo propio de los estudios de arte, unos bocetaban, otros hacían las figuras, otros los fondos, etc.
Página de Clarín (1949), o por el Imperio hacia Dios, pasando por la Falange.
Ilustración publicitaria para una marca de colonia (Gouache). 1965.
2 Ilustraciones para una colección de cromos (Acuarela y gouache). 1971.
Ilustracion religiosa para un libro de texto de SM (Acuarela). 1973.
Ilustración publicitaria a pluma. 1974.
jueves, 3 de abril de 2008
Antonio de Felipe
Antonio de Felipe. Valencia. 1965.
Licenciado en Bellas Artes y Director de Arte en Publicidad.
Autor de extensa obra, más de 40 exposiciones individuales por todo el mundo, sus series más destacadas: la dedicada a Velazquez, a la publicidad, al cine.
Artista multidisciplinar, además de pintura y escultura, ha trabajado para el cine, en televisión diseñando cortinillas de continuidad, colaborador de distintos medios gráficos, diseñador de objetos, etc.
Estas imágenes son de su exposición "Cinemaspop", como en casi todas las suyas, está llena de rferencias a la cultura popular, con mezcla de ironía, guasa, amor por la cultura Pop y muchas más cosas que descubriréis vosotros mismos viendo sus cuadros, he elegido, lógicamente, aquellos que tienen más relación con los tebeos, con títulos como "Me gustan los conejitos", "La tentación de la gran manzana", "Las fabulosas hermanas Gilda", "John el pistolón", "El grito", "La gata", "El conde Batman"...
martes, 1 de abril de 2008
Blackbow the Cheyenne, de Victor de la Fuente.
O Fleche Noire, más bien, pues se trata de la edición francesa en la revista Rin Tin Tin (y Rusty), que también se publicó por estos lares, la revista, no Blackbow, que yo sepa.
Realizado para la Fleetway en el año 1963 y compaginándolo con muchas otras historias de género, sobre todo bélicas.
En estos años Victor aún no es el Victor que conoceremos pocos años después, pero le falta muy poco para dar ese paso que le convertirá en un dibujante muy superior a la mayoría de los de su generación. Se aprecian las influencias que por esos años todavía arrastra, Arturo del Castillo, Salinas... pero ya muy interiorizadas a su estilo, enseguida, un par de años después empezará las aventuras del Sargento Trelawny, también para Fleetway, donde aparece por fin el gran autor que será en adelante.